En esta ocasión, nos ha empujado nuestro buen
comer y nuestro exquisito paladar a hacer una “Ruta Gastronómica la RUTA DE LA TAPA DE LA TRUFA ….mmmm!!!! y
hasta Soria han emprendido camino 4 de nuestras parejas para no perder ni un
minuto del fin de semana entre risas y anécdotas. Como era de esperar la Trufa
sólo fue la excusa para ponernos en marcha.
El sábado después de llegar a Soria e
instalarnos en un hotel muy apañado y céntrico, nos decidimos a iniciar la cata
de tan exquisito producto, y entre bares y restaurantes fuimos catando el
exquisito sabor de la comúnmente conocida como Trufa Negra o Tuber Melanosporum
y claro cada tapa pedía un acompañar de un buen vino. Verdaderamente la trufa brillo
por su ausencia en la mayoría de las tapas, pero las ganas y el buen humor de
todos nosotros estuvieron siempre presentes.
Para no faltar a nuestra esencia, después de
tan suculentas y apetitosas tapas, hicimos una rutita a la impresionante Ermita
de San Saturio, la cual, no nos defraudo, ya que se levanta sobre una gruta
eremitica visigoda situada a orillas del Duero y el paseo tan agradable a la
vera del rio hizo que la tarde fuera estupenda, allí quedo reflejada para la
posteridad nuestra huella en el libro del Santo.
Ese febrero Soriano dejo fresco algún que otro recuerdo, porque más vale plumas en mano que cuerpo lucido jejeje. El día no acababa aquí, sin duda había que reponer fuerzas por todo lo andado, y como de ruta gastronómica se trataba, que mejor elección que una buena cena en el Restaurante GAROA, muy recomendable, así como su dueño Jaime, que nos ayudó a tomar las mejores elecciones culinarias de la noche, y que ayudaron en que nuestra velada fuera muy amena y divertida entre ricos platos y entretenidas con conversaciones.
Ese febrero Soriano dejo fresco algún que otro recuerdo, porque más vale plumas en mano que cuerpo lucido jejeje. El día no acababa aquí, sin duda había que reponer fuerzas por todo lo andado, y como de ruta gastronómica se trataba, que mejor elección que una buena cena en el Restaurante GAROA, muy recomendable, así como su dueño Jaime, que nos ayudó a tomar las mejores elecciones culinarias de la noche, y que ayudaron en que nuestra velada fuera muy amena y divertida entre ricos platos y entretenidas con conversaciones.
Y para aquellos que pensaron que todo había acabado aquí, y a pesar de que el cansancio del madrugón, viaje, tapeo y ese andar hasta la Ermita, el grupo no pudo dejar pasar la oportunidad de marcarse unos bailes en esa noche de Alaska con su “Dramas y Comedias”, que hizo nos entra la locura y nos desatáramos con unos cuantos bailes en un pub cercano al restaurante.
El domingo, aprovechamos para conocer Soria y
comprar unos cuantos artículos típicos sorianos y acercarnos a visitar El
Monasterio de San Juan de Duero, y unas cuantas iglesias más que encontrábamos
a nuestro paso.
Al resto de parejas sin hijos que no pudieron
acudir como siempre se les echo en falta y dejamos constancia de ello en el
libro de visitas de la Ermita de Santurio.
Como siempre, esta será una de aquellas salidas que se recordarán con muy buen sabor de boca, y no por la Trufa. Son de las que te quedan ganas de repetir pronto, una buena frase para resumir este fin de semana podría decir así.