No.......son...........todos................los...........que........ están,....... ni.........están............todos..........los........que......son
Todo es lo que parece |
No nacimos en los mismos lugares, no fuimos a los mismos colegios,
institutos o universidades, no crecimos juntos, no coincidimos en ningún curso,
charla o evento, no compartimos lugar de trabajo, ni gimnasio, ni tan siquiera
vivimos próximos. Pero compartimos una gran pasión por la vida, por disfrutar
de nuestro tiempo y por realizar múltiples actividades, muchas de ellas
relacionadas con la naturaleza. Esto nos impulsó a coincidir en la vida, cada
uno en su momento pero todos llegamos al mismo lugar, unos fueron los primeros,
y a partir de ahí sumando, hubo quien hizo una visita fugaz, y quien nunca mas se marchó. Con incertidumbre
en el primer paso por no saber quien había tras el telón, pero con grata
sorpresa al encontrar a grandes personas que con cada encuentro van creciendo mas y
mas.
Nos movió la ilusión, nos movió la inquietud imparable del que busca
sin descanso nuevas oportunidades de enriquecer su vida. Y que mas rico puede
ser para alimentar el alma que el compartir momentos de felicidad junto a
personas que como tú, y como yo, tienen la gran ilusión de seguir adelante en
el camino de la vida, con la mejor compañía posible.
Animales sueltos |
La andadura empezó en febrero del 2012, comenzamos buscándonos por la red
en foros y web de parejas que estuvieran en nuestra misma situación, es decir,
sin hijos, y con edades comprendidas entre 37 y 47 años.
Como todo inicio, primero es el uno, en este caso en pares. Al
encuentro inicial de dos parejas, se fueron sumando otras, en la actualidad
somos unas 9 parejas y creciendo. (Marta, Consu, Pili, Elena, Mª Jose, Ana, Sonia, Encarni, María, Rober, Bienve, Jesús, Ricardo, Roberto, José LuisI, José LuisII, Iñaki, Jordi....)
El único propósito, es juntarnos para realizar actividades de vez en
cuando, al menos una al mes.
A veces son actividades de un solo día y otras de
fin de semana, casi todas ellas relacionadas con la naturaleza, pero como hay
momentos para todo, también incluimos teatro, tapeo, cenas, baile y algunas copas.
La octava maravilla |
Las actividades las organizamos entre todos, y se planifican
normalmente con antelación, una vez decidido que hacer ya se suben al blog.
No siempre es fácil reunirnos todos, pero siempre hacemos lo posible
para que así sea.
Somos un grupo sin otro ánimo que compartir el ocio, dando lo mejor de cada uno.
Las tortillas de Van Gogh |
Paragüas en la lluvia |
El gallinero de la noche |
Adornos en el bosque |
Quien voló del puente del cuco |
Nenúfares sobre el puente |
La piedra filosofal |
No hay pan para tanto jamón |
La familia va creciendo |
El buscador: Jorge Bucay
Esta es la historia
de un hombre al que yo definiría como un buscador…
Un buscador es
alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.
Tampoco es alguien
que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien
para quien su vida es una búsqueda.
Un día, el buscador
sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso
riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo.
Así que lo dejó todo y partió.
Después de dos días
de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir, Un poco
antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha
del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de
árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de
pequeña valla de madera lustrada.
Una portezuela de
bronce lo invitaba a entrar.
De pronto, sintió que
olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en
aquél lugar.
El buscador traspasó
el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban
distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos se
posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor.
Sus ojos eran los de
un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las
piedras:
Abdul Tareg, vivió 8
años, 6 meses, 2 semanas y 3 días
Sintió pena al pensar
que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.
Mirando a su
alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía
una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:
Yamir Kalib, vivió 5
años, 8 meses y 3 semanas
El buscador se sintió
terriblemente conmocionado.
Aquel hermoso lugar
era un cementerio, y cada piedra era una tumba.
Una por una, empezó a
leer las lápidas.
Todas tenían
inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo
conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido
sobrepasaba apenas los once años…
Embargado por un
dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
Lo miró llorar
durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún
familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible
hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar?
¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a
construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y
dijo:
- Puede usted
serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja
costumbre. Le contaré…:
“Cuando un joven
cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí,
para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de
ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y
anota en ella:
A la izquierda, qué
fue lo disfrutado.
A la derecha, cuánto
tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia y
se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de
conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media…?
Y después, la emoción
del primer beso, el placer maravilloso del primer beso…¿Cuánto duró? ¿El minuto
y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo y el
nacimiento del primer hijo…?
¿Y la boda de los
amigos?
¿Y el viaje más
deseado?
¿Y el encuentro con
el hermano que vuelve de un país lejano?
¿ Cuánto tiempo duró
el disfrutar de estas situaciones?
¿Horas? ¿Días?
Así, vamos anotando
en la libreta cada momento que disfrutamos… Cada momento.
Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar
el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para
nosotros el único y verdadero tiempo vivido”.