miércoles, 30 de octubre de 2019

FIN DE SEMANA DE CASA RURAL (Del 25 al 27 octubre)


Hacía ya siete meses desde la última casa rural, y aunque ha habido encuentros desde aquel curioso marzo impregnado de juego de tronos, ninguno de más de un ratito, y ya estos cuerpos estaban pidiendo dormir bajo el mismo techo, y menudo techo cargado de sorpresas y emociones difíciles de olvidar.


Seguramente sea el fin de semana con mayor número de acontecimientos importantes que hemos tenido nunca, quien lo iba a decir, cuando en apariencia todo apuntaba a un fin de semana con las habituales comilonas ricas, aderezadas de esas rutitas camperas que regulan la báscula, y nuestro usual guateque mejorado con nuestro DJ Jordino.  

Pues bien, hoy le toca narrar el relato a una de las protagonistas, y le va a costar contar los acontecimientos vividos.


Aún, impregnada de la emoción, y acentuada por el habitual repaso fotográfico para escoger algunas fotitos para colgar en nuestro blog, cuesta dejar de reír y de sentir una sensación de bienestar y enorme agradecimiento por haber tenido la suerte de encontrar a personas tan maravillosas como las que forman este grupete.

 
Es difícil hacer un resumen de todo, sin dejar en el tintero detalles preciosos que quedarán siempre en nosotros, pero la cosa sería más o menos así; a escondidas, y tramado desde un subgrupo whasap en el que la parejita protagonista no estaba, estos bichejos fueron organizando el bodorrio del año, sí, como suena, la boda del año pasado jejeje, porque es cuando realmente sucedió, pero a falta del festejo y habiendo quedado el asunto en una simple firma ante notario, sin dar oportunidad a la celebración pertinente y sin saber muy bien ni siquiera como dar la noticia al grupo, el tiempo fue pasando, hasta que no hace mucho soltamos la bomba, y clarooooo a ver qué pasaba con la fiestuki de celebración¡¡¡, pues bien, ahí se quedó todo, a la espera del ya si eso….


Pero sin esperarlo y sin la más mínima sospecha por parte de esta parejita, los bichejos tramaron a nuestras espaldas una celebración con todo lujo de detalle. Nos ataviaron con los respectivos trajes de novios, quien iba a imaginar que una sábana, unas flores y adornos diversos podrían dar tal originalidad y elegancia al evento. Pero no se quedó sólo en eso, sino que iba acompañado de una espectacular puesta en escena donde no faltó detalle; ese cura y monja que hicieron posible la ceremonia religiosa, esos invitados vestidos con todas sus galas camperas, el famoso DJ Jordino con esa música celestial, y ni que decir de esa impostora embarazada que acusaba al novio de ser padre de Juanito, cuando es bien sabido por el pueblo, que sólo tiene ojitos para Willow.


Fue la boda más bonita de la historia, pero lo que más nos queda, es pensar en la suerte que tenemos por compartir parte de nuestras vidas con estos corazones gigantescos, y no son simples palabras, son hechos que se ven en cada detalle, y no sólo en los compartidos, sino en aquellos que forman parte de la vida individual de cada uno de ellos. Porque con grandes corazones se pueden hacer grandes cosas, tan grandiosas como tener la enorme bondad de formar parte de proyectos que implican donar parte de tu vida para el cuidado de otro. Pronto podremos seguir jugando como niños.


En ese cajón con olor a jabón de la infancia, quedarán guardados para siempre recuerdos tan bonitos como los allí vividos.

Se echó en falta a algunas parejitas, aunque tuvimos la suerte de la visita inesperada de nuestra querida rubia dicharachera que nos acompañó el domingo.


Como siempre cerramos una quedada y abrimos la siguiente, pronto será momento de disfrutar de nuestro encuentro navideño, pero ya estamos con vistas de volar más alto, o quizás navegar más lejos….