En eso de la felicidad, dicen algunas investigaciones, que una de las cosas que define a la
gente que es feliz, son las relaciones con otros, y mucho debe de tener de
verdad, porque estas parejitas en cada encuentro, recargan su nivel de energía
y de placer por la vida, son esos pequeños momentos con esos otros que forman parte de nuestras vidas, los que
nos conectan con nuestro ser, ese ser que se alimenta del roce emocional y del
compartir historias personales que nos acercan al otro, haciéndonos crecer
juntos.
Hacía
ya muchos meses que este grupete no se encontraba cara a cara, las restricciones
por el COVID siguen siendo una prioridad a respectar, pero ya con un poquito más
de libertad y siempre con toda la cautela, nos lanzamos a un paseíto por la
naturaleza y un bocata a la luz del sol de aquel sábado de noviembre. En este
mes de noviembre en diferentes sábados hemos querido juntarnos para pasar un
agradable día en la naturaleza, uno de los días fue por la SENDA ECOLÓGICA DE CANENCIA, y el siguiente RUTA CABEZA LIJAR, no compartimos al
completo las dos rutas, pero si juntamos los dos momentos podemos decir que fue
casi casi un pleno.
Aunque
era ya último de noviembre, el tiempo acompaño con un otoño lleno de sus colores,
con esos rayitos de sol que hacen con su luz un contraste difícil de encontrar
en otra época del año. Los tonos otoñales huelen a niñez, al cálido carisma que
acompaña el recuerdo de cuando uno era niño y el descubrir de las cosas
representaba un cúmulo de emociones que generaban esa felicidad ausente de
pensamiento futuro. Ojalá pudiéramos tener un súper poder de trasladarnos a
aquella mirada ingenua donde todo era descubrir, donde un otoño era un revolcón
entre las hojas y un corretear el campo en busca de duendes con los que jugar.
La
vidaaaa, la vida va cabalgando, en un trote diminuto en esa niñez y avanza al
galope conforme los años van pasando, pero ¿Qué hay de nuestra mente? Nuestras
cabezas no galopan, nuestras mentes se nos quedan en momentos, momentos que a
veces se van difuminando con el paso del tiempo, y donde curiosamente, al paso
de los años hacia delante corresponde un paso de los años hacia atrás, sí, son
muchos los recuerdos de la infancia que tienden a surgir con más intensidad.
¡¡¡¡¡ AYSSSS OTOÑOOOO QUE TIENES QUE NOS DAS
ESA MELANCOLÍA!!!! Buenooo volvamos al aquí y ahora, que parece que esos dedos en el teclado tuvieran otras
historias que contar, historias de unas parejas que se acompañan a lo largo de
la vida, creciendo y compartiendo sus vivencia, vivencias que son propias, pero
que se prestan cuando son necesarias, cuán necesario es el tenernos los unos a
los otros.
Y que
decimos de esos dos sábados tan ricos, pues sobre todo, que después de tanto
tiempo sin vernos, sigue intacto nuestro enamoramiento, que se mastican unas
ganas locas por volver a nuestros encuentros, que el aire fresco nos sienta muy
requetebién, que a pesar de los cambios, nadie cambia en lo importante, y que
cuando todo esto termine, vamos a tener mucho mucho por recuperar, así que
estas parejas ya están deseando poner fecha a nuestra próxima aventura,
esperando que sea muy jugosa.