Aunque finalmente, esa ruta corta
de 6 km, se convirtió en más de 20 km. El buen rollo, el tiempo que hacía que
no nos veíamos y las ganas de volver a estar juntos, el buen clima…. todo se confabuló,
para continuar nuestro paseo hasta el punto más alto, El Mirador de las Canchas,
situado a 1750 metros, donde pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares
bajo la atenta mirada de las dos montañas más importantes de Madrid, La Bola del
Mundo y la Maliciosa, y con vista hasta de las 5 torres de Madrid.
Después de un buen descanso y la
tripa llena, emprendimos la bajada ya relajada, y con la satisfacción de haber llegado un
poquito más lejos, el esfuerzo mereció la pena, parece que estas parejitas están
mas en forma de lo que parecía, hasta para alguno, que a pesar de las quejas, en
el fondo tiene un montañero dentro que sólo le falta fluir con la naturaleza y
dejarse atrapar (sólo hace falta ver la atención que presta a las indicaciones
de nuestro guía jejeje).
Terminamos el fabuloso día en
Navacerrada, tomando un refrigerio y algún que otro pecadillo dulce, aunque
algunos golfillos que tenían más aguante, alargaron el encuentro hasta la cena,
es lo que tiene esa droga de conectar con gente maja, y ese cuerpo serrano que
resiste lo que le echen.
El resumen del día se puede sintetizar
en un encuentro fabuloso y disfrutado con todos los sentidos, un chute de energía
que te deja el cuerpo-mente en un estado de felicidad de esos que hacen flotar.
Buenooo y ya pensando en el próximo
encuentro, seguimos en el empeño de conseguir el pleno.
¿Qué será lo próximo?
