Enero puede ser un mes
frío y lluvioso, pero nosotros disfrutamos de un gran día con una temperatura
estupenda y un sol fabulo, así que pudimos hacer una rutita sencilla, aderezada
de sorpresas y algún vermut que otro. Nace
con ello una leyenda donde darle a la bota (la de los pies aclaramos), no es
incompatible con disfrutar de una paradita con vermut incluido y cafetito de
tarde, estamos seguros que esto animará con las ganas de sudar la camiseta en
la naturaleza, si no es suficiente, siempre podemos incorporar el espectáculo de
“Cómo ser un burro come servilletas y no
morir en el intento”.
Hacía tiempo que no
habíamos paseado La Pedriza, uno de
los lugares más bonitos de la Sierra Madrileña, en especial cuando el agua
forma parte de recorrido.
Aunque no nos sentíamos
muy en forma para emprender un gran esfuerzo, con este paseo tradicional hasta
la charca verde fue suficiente para ir haciendo ganas de afrontar mayores
retos, aunque no nos vamos a engañar, la prioridad es juntarnos y darle a la
sin hueso, y para eso hay que garantizar el aliento, aunque se susurra por ahí que
en la próxima, nos acercaremos al Yelmo, eso sí, hay que venir hablado de casa.
Nuestro encuentro partió
desde el lugar donde nacen las sorpresas, ganan las positivas por goleada, pero
también las hubo menos gratas, pero sólo si las pensamos con egoísmo, porque siempre
hay que alegrarse del camino que eligen otros aunque perdamos compañer@s. Si se
pudiera hacer un resumen sería algo así como una piñata donde habría; lugares
nuevos para compartir, proyectos hechos realidad, ilusiones de futuro y despedidas
con amor.
Para los que no habéis
podido estar, ya tenéis suficientes motivos para no perderos la siguiente, unos
podéis venir por el vermut, otros por la intriga de la piñata y otros por el
vicio de volver a disfrutar de lo que es
casi lo mismo pero nunca igual.
¿Próximo encuentro?